BlogCosas que hacíamos antes de Internet
Y tú, ¿qué hacías antes de Internet?
Internet comenzó en la década de 1960 como una forma para que los científicos del gobierno compartieran información. En esta época, los ordenadores eran enormes máquinas que ocupaban habitaciones enteras y que no se podían mover y para poder utilizar la información almacenada en cualquier ordenador uno tenía que viajar al lugar en el que se encontrara el ordenador o enviar cintas magnéticas a través del sistema postal convencional.
Es curioso cómo si nos remontamos a unas décadas antes, el propio Nikola Tesla jugó con la idea de un “sistema inalámbrico mundial” a principios de la década de 1900, e incluso pensadores visionarios como Paul Otlet y Vannevar Bush concibieron sistemas de almacenamiento de libros y medios mecanizados en las décadas de 1930 y 1940.
Pero habríamos de esperar a los primeros esquemas prácticos para Internet a principios de la década de 1960, cuando J.C.R. del MIT. Licklider popularizó la idea de una “Red Intergaláctica” de ordenadores.
Una vez que el primer prototipo viable de Internet vio la luz gracias a la creación de Arpanet, es imperativo citar como catalizador en la formación de Internet la etapa de la Guerra Fría. El lanzamiento del satélite Sputnik por parte de la Unión Soviética estimuló al Departamento de Defensa de EE. UU. a considerar formas en que la información pudiera difundirse incluso después de un ataque nuclear. Esto condujo a la formación de ARPANET, la red que finalmente evolucionó a lo que ahora conocemos como Internet.
¿Sabías que su cumpleaños es el 1 de enero? Se considera el 1 de enero de 1983 el aniversario oficial de Internet porque fue el día en que comenzó a utilizarse oficialmente y de forma unificada el protocolo TCP/IP. Antes de esto, las diversas redes de ordenadores no tenían una forma estándar de comunicarse entre sí. El protocolo TCP / IP permitió que diferentes tipos de máquinas en distintas redes “hablaran” entre sí. Desde ese momento, todas las redes podían estar conectadas por un lenguaje universal.
Está claro que nunca ha sido más fácil que ahora el acceso a la información, realizar compras, trabajar o incluso lanzar una empresa. Pero, ¿cómo y qué hacíamos antes de su llegada?
Y tú, ¿qué hacías antes de Internet?
Escribir cartas, leer el periódico, mandar sms dignos de un buen criptógrafo, pedirle recetas a la abuela… ¿Alguna vez te has preguntado por qué tus padres no pueden entender por qué olvidarte el teléfono en casa es tan importante Bueno, es difícil imaginar un mundo sin redes sociales o Google, actualmente, pero cuando eran adolescentes, Internet no existía. ¿Te imaginas un mundo sin Instagram, Twitter o Facebook, donde cada información importante que pudieras necesitar no estaba al alcance de tu mano? Nuestros padres vivían en ese mundo, y hoy lo repasaremos. ¿Recuerdas lo que hacíamos antes de la llegada de la red Internet?
Crear listas de música físicamente
Era necesario poseer una cinta de casete en blanco que normalmente contaba con hasta 45 minutos en cada lado (lado A y lado B), así como una platina de casete doble o un boombox y/o un reproductor de CD para crear una cinta o lista de mezclas. No había nada más detallista que alguien te regalara una lista de canciones hecha expresamente para ti.
Utilizar los anuncios clasificados para encontrar trabajo
Antes de que existiera Linkedin, Monster.com o incluso Infojobs, las personas solían buscar trabajo en el periódico local o nacional.
Salir de casa para socializar
Mucho antes de que existiera Internet y pudiéramos utilizar herramientas como Youtube, Instagram, WhatsApp o Twitter, era necesario salir de casa para poder conocer a gente. Era imperativo. Si no salías de casa no tenías la oportunidad de toparte con gente nueva
Ir a la biblioteca a consultar libros
Los estudiantes de la era antes de Internet no tenían otra herramienta de consulta que acudir a la biblioteca más cercana para consultar libros y diccionarios.
Llevar un mapa de carreteras
Antes de la existencia del GPS o Google Maps, encontrar el camino desde el punto A al punto B significaba tener que confiar en un mapa físico que habitualmente guardábamos en la guantera del vehículo o en el bolso, si íbamos andando. Perderse un poco entraba dentro de lo razonable y no nos urgía llegar con celeridad a un lugar concreto. Otra de las tareas más complicadas respecto a los mapas, era volver a doblarlos adecuadamente.
Preguntar por una calle
De la misma forma que necesitábamos consultar un mapa de carreteras para realizar un trayecto, cuando no estábamos seguros de cómo llegar a una tienda o lugar en particular, preguntábamos a la primera persona que viéramos por la calle. Sin Internet ni GPS, requeríamos de personas locales para que nos sirvieran de guías para encontrar nuestro destino, sobre todo si ni siquiera llevábamos un mapa encima.
Usar la guía telefónica
buscabas en el mamotreto que suponía la guía telefónica o las “páginas amarillas” para encontrar estos números de teléfono y llamar para solicitar el servicio en particular. Estas enormes guías en las que se empleaba una barbaridad de papel, son ahora una reliquia de coleccionista, pero antes de la red no había otra manera de encontrar números de personas y empresas.